El 12 de septiembre de 2025, quince grupos o asociaciones ambientales asturianas, tras un largo y sólido proceso iniciado en septiembre del año anterior, decidimos constituir la Red de Representación Ambiental de Asturies (RRAA).

Conscientes del sostenido e insoportable proceso de deterioro del patrimonio natural asturiano, en el marco de una regresión ambiental evidente, planteamos reforzar el papel de nuestra representación en los órganos de gestión y/o participación en los cuales las normas vigentes contemplan nuestra presencia, tanto en espacios protegidos como en diversos consejos o comités sectoriales.
Y ello como paso previo e ineludible para reaccionar adecuadamente ante esta situación.
Más allá de la labor de cada entidad partícipe, colectivamente no vamos a ser ni espectadores, ni cómplices, ni cooperadores ante:
- La extinción de especies en Asturias.
- La degradación de los espacios protegidos en Asturias debido a su gestión ineficaz.
- La subordinación de los valores ambientales de nuestro patrimonio frente a intereses de otro tipo.
- El abandono de los objetivos de conservación, investigación y educación ambiental.
Dado que lo anterior es lo que está sucediendo, la Red sostendrá todos los esfuerzos precisos para denunciar, primero, y accionar, después, ante el desastre ambiental que acontece en nuestra tierra.
Tras haber implantado un esquema legal aceptable en los años noventa del siglo pasado —aún con presencia mínima de los conservacionistas en los órganos de los espacios—, su falta de desarrollo, las políticas erráticas y décadas de desmantelamiento nos conducen a un momento en el cual, ni se cumplen las normas ambientales, ni tan siquiera nadie se esfuerza en disimular su incumplimiento.
Qué piden los grupos de la Red
A raíz de los incendios que han venido teniendo lugar el verano pasado, la Red solicita
Y que impediría cualquier actividad económica, incluído el pastoreo, en las áreas quemadas, con el fin de permitir una correcta recuperación de los ecosistemas afectados. Los acotamientos deben realizarse con un cerrado perimetral del área acotada, lo que deben realizar los propietarios. En el caso de Asturias, con la mayoría del bosque de propiedad pública, los cercados son responsabilidad del Gobierno de la región
Que en Asturias planea matar 53 lobos a lo largo del 2025
En virtud de lo contemplado por la Ley de Caza, que recoge los días de fortuna para situaciones en que las especies cuentan con una situación fuertemente desfavorable como para ser cazadas, como es la situación tras incendios de gran envergadura como los que han sucedido.
Y adicionalmente:

Qué denuncia la red
La legislación acerca de los espacios naturales protegidos en Asturias, que en su momento fue pionera y referente a nivel estatal e incluso europeo, está actualmente obsoleta por falta de desarrollo, concreción y actualización. Después de más de 30 años desde su promulgación, estamos en situación agónica.
El PORNA no ha terminado de desarrollarse, y buena parte de la protección prevista en el mismo no se ha concretado y no está en vigor. Es el caso de los Paisajes Protegidos, o de alguna de las Reservas Naturales Parciales previstas como la de la Ría del Eo.
Así su funcionalidad es perversa, legalmente sin sustento pero utilizando los espacios como principal elemento de promoción turística.
Las causas de esta falta de desarrollo del PORNA se resumen en:
- Una tendencia creciente a favorecer la especulación y el desarrollo urbanístico, como podrían ser los previstos y no desarrollados paisajes protegidos de las costas oriental y occidental
- Las presiones de colectivos industriales (parques eólicos) o de otra índole, para evitar cualquier tipo de nivel de protección que pudiese representar una mínima traba a intereses privados
- la falta de operatividad de la administración asturiana, desbordada en su tarea de cumplir con los espacios declarados por falta de personal y medios, pero sobre todo de interés real en la conservación del patrimonio natural de Asturias.
Tampoco se han desarrollado desde hace décadas los decretos que regularían las especies protegidas en Asturias, y la legislación a este respecto está completamente desfasada, hay especies endémicas sin protección, otras sin legislación reguladora y otras protegidas sin causa justificada. Esto provoca un desfase entre los espacios protegidos asturianos, y las especies y ecosistemas que se deberían proteger activamente.
En cuanto a alguno de los principales espacios naturales protegidos de Asturias, es significativo que parques naturales como Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, o el de Las Ubiñas-La Mesa, carezcan de Instrumentos de gestión, pues han sido sistemáticamente anuladas, total o parcialmente, y sus niveles de protección siguen siendo mínimos o inexistentes.
En todos los parques naturales, como por ejemplo el de Somiedo, su declaración se basa en el cumplimiento de tres pilares básicos que son la conservación del medio, y de los procesos naturales, la investigación y la educación ambiental y por último el desarrollo socioeconómico de la población. Pero esto no sólo no se está cumpliendo, sino que es un fracaso. En los presupuestos del parque, las inversiones son sistemáticamente nulas para investigación, ridículas o también inexistentes para educación ambiental, falsas para conservación pues se incluyen en conservación desbroces ganaderos o arreglos de pistas o abrevaderos de ganado, y toda la inversión se realiza en ayudas y pagos de diferente índole para desarrollo socioeconómico. Y aún así, a pesar de continuas inversiones millonarias, Somiedo ha vuelto al último puesto en el ranking económico de los concejos asturianos y la despoblación es galopante, estando a un paso de caer por debajo de los mil habitantes censados.

En todos los parques naturales, se optó por la creación de espacios expositivos de nueva construcción, obviando la restauración o la conservación del patrimonio y nos encontramos con mamotretos abandonados como la Casa del Urogallo en Tarna, Parque Natural de Redes, o exposiciones obsoletas y sin renovar desde hace décadas como el Centro de Interpretación de Redes en Casu.
En Ponga, el centro de interpretación, es un edificio fuera de contexto que los propios vecinos llaman “la estación del AVE” y que no ha servido para la dinamización del concejo, y que en cuestiones como Educación Ambiental formal (visitas de escolares), no llega a los 300 visitantes escolares anuales, incluso contando como visitas al Parque la celebración del Día del libro para los escolares de Primaria de los CRA del entorno de Picos de Europa.
Otros ejemplos pueden ser la Reserva de la Biosfera Oscos, Eo y Terras de Burón, compartida con Galicia, que no ha evitado la invasión de parques eólicos que están destrozando el paisaje y las formas de relación con el mismo, y que no ha tenido en más de una década desde su declaración, ni una sola reunión del Foro de Participación Social preceptivo para seguir siendo Reserva de la Biosfera.
En las Reservas Naturales Parciales de la Ría de Villaviciosa o de Barayo no hay un mínimo control del cumplimiento de las normas de conservación, sin limitaciones al turismo en las zonas consideradas como núcleo (la zona de mayor protección prevista en el PORNA). También ocurre en la isla del Bornizal en Villaviciosa, a la que se accede sin control incluso con perros, o las dunas de Barayo, invadidas de turistas durante el verano y con problemas evidentes de residuos y masificación.